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Jesús lo cambió todo, desde nuestro sistema judicial hasta nuestro concepto del tiempo. Pero, ¿quién es él realmente?

La Biblia dice que Jesús nació de una virgen, vivió una vida sin pecado y enseñó por unos años en Palestina antes de ser crucificado en una cruz romana. Tres días después de su sepultura, se levantó de los muertos, Quinientas personas le vieron y poco después subió al cielo.

Jesús proclamó que tenía poder para perdonar los pecados, echó fuera los demonios y sanó a los enfermos. En otras palabras, declaró ser Dios mismo.

Para algunas personas ésto es demasiado increíble para ser una historia verdadera. Ellos piensan que Jesús quizás haya sido una importante figura religiosa, o hasta un gran maestro moral, pero no Dios.

Esta idea es comprensible. Pero como el profesor de la universidad de Oxford, C.S. Lewis, explicó en su libro Mere Christianity, «Un hombre que haya sido sólo un ser humano pero que diga las cosas que Jesús dijo no puede ser un gran maestro moral; sería o un lunático o sino sería el mismo diablo. O fue este hombre, y sigue siéndolo, el Hijo de Dios, o es un loco o algo peor.»

Lewis añadió: «Usted le puede callar por ser un loco, le puede escupir y le puede matar por ser un demonio; o puede arrodillarse ante sus pies y llamarle Señor y Dios. Pero por favor, no usemos tonterías condesciendes acerca de Su persona como el gran maestro humano..»

¿Era leyenda?

¿El hecho de que Jesús proclamó ser Dios fue nada más que imaginación de la primera iglesia? ¿Los seguidores de Jesús simplemente añadieron esto a la Biblia? Esta es una idea interesante, pero la mayoría de los eruditos creen que por lo menos tres de los evangelios en la Biblia (Mateo, Marcos, y Lucas) fueron escritos durante de la generación de Jesús. Muchos testigos estaban todavía vivos si necesitaban estar en desacuerdo con estas escrituras del primer siglo. Pero no existen evidencias de esto.

Existen más evidencias de la veracidad de las escrituras del Nuevo Testamento que 10 literaturas clásicas puestas juntas. Los historiadores de la grecia antigua, por ejemplo, tienen que confiar en sólo ocho manuscritos de la Historia de Thucydide para creen en la Guerra Peloponesia, y el manuscrito más temprano fue escrito cerca de 1,300 años después del original. Los eruditos de la Biblia, mientras tanto, tienen más de 20,000 manuscritos del Nuevo Testamento a su disposición, algunos de ellos escritos en menos de 200 años después del nacimiento de Jesús.

Finalmente, no cabe duda que los primeros cristianos creían y adoraban a una de las personas de su cultura como Dios en la forma de hombre. Esto nunca ha sido discutido seriamente, y nos deja con esta pregunta: «Si, en realidad Jesús nunca proclamó ser Dios, ¿qué estaban haciendo este grupo de monoteístas (creyentes en solo un dios) a los pies de este hombre?

¿Fue Mentiroso o Lunático?

Jesús realmente proclamó ser Dios. ¿Pero qué significado tiene esto?

Simplemente lo que dijo puede haber sido verdad o falso. Si era falso, entonces era un mentiroso, ya que estaba engañando deliberadamente a la gente. O, era un lunático – un hombre quien sinceramente creía ser Dios cuando en realidad no lo era.

Si aceptamos que Jesús era mentiroso, entonces tendríamos también que llamarle malo. Enfrentémoslo. Le dijo a la gente que tenía que ser honesta, sin importar el precio; le prometió a la gente una vida eterna sin tristeza ni dolor y dijo que le podía perdonar sus pecados. Mientras tanto, ¿él vivía con una gran mentira? Seguramente no.

La opción de que era un lunático tampoco funciona. Las palabras de Jesús junto con sus acciones simplemente no corresponden con las de las personas trastornadas mentalmente. Hasta sus críticos más fuertes no pueden encontrar errores en sus enseñanzas. En vez de esto, la gente lo respetaba casi siempre como un hombre con percepción penetrante.

¿Señor?

Esta es la única opción que nos queda. Si Jesús no era ni mentiroso ni lunático, entonces sólo pudo ser el que proclamó ser – Dios en forma de hombre. Los principios de la lógica demandan esta conclusión. Y más, esto explica el por qué de los milagros y los hechos sin precedentes que sucedieron durante la presencia de Jesús.

Considere al paralítico de 38 años de edad quien después de una conversación con Jesús, es sano (Juan 5:1-13). O a la persona quien había nacido ciega pero que empezó a ver después que Jesús le tocó sus ojos (Juan 9:1-15). O a Lázaro, quien estuvo muerto tres días, pero que regresó de la muerte al mandato de Jesús (Juan 11:38-44).

Es difícil imaginar pero éstos hechos realmente sucedieron. Hasta los enemigos de Jesús atestiguaron esto. Ellos presenciaron al paralítico caminando (Juan 5:9-10) e interrogaron al ciego acerca de su nueva visión (Juan 9:8-34).

Ya que algunos no entendían quién era Jesús, se preguntaron: «¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales?» (Juan 9:16)

Pero el que antes era ciego conocía la respuesta. «Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer.» (Juan 9:16)